The Cry of the Night (Apocalypses) parte 3

The Cry of the Night (Apocalypses) parte 3

 Autor: Francisco Miguel Guerrero Vazquez

Cuando Yamato llego con los ángeles, Miguel le dijo lo que le paso a Azrael, Yamato retrocedió y se vio como una lagrima bajaba por su mejilla, Miguel le dijo que la única forma de vengar a Azrael era matando a Luzbel, Yamato no pensó dos veces y acepto, Miguel dijo que tenían que esperar a Gabriel él le daría algo a Bleyk para poder matar a Luzbel.

Mientras que en la ciudad la batalla se hacía cada vez más intensa y más vidas se perdían, Iván y Hazama peleaban juntos los ángeles y demonios, Hazama había sido rodeado por ángeles caídos.

Noch apareció golpeando a dos de esos ángeles y quemando a los demás con su espada en llamas, Noch portaba su armadura demoniaca infernal llamada Flaming Red Dragon Armor  se acerco a Hazama y le dijo que tenía que ir con Yamato, lo tenía que ayudar a matar a Luzbel hazaña acepto pero antes que se fuera, Noch le dijo a Hazama  que si el llegara a morir el poder de la llama negra seria para él, y en ese momento se la entrego como un seguro para el nuevo rey demonio.

Iván acompaño a Hazama, cuando llegaron con Yamato, Gabriel llego, le dijo a Bleyk que lo acompañara Bleyk le pregunto que por que el tenia a Luzbel dentro de el y porque Uriel era un ángel él no lo comprendía, Gabriel le explico todo, pero aparte de tener a Luzbel el escondió algo que lo mataría, era una armadura que solo la podía portar un ángel, sin embargo la armadura elegía a su portador, el dijo que por alguna razón la armadura eligió a Bleyk sin embargo Bleyk era un medio Ángel pero igual podría ser compatible con la armadura, y era su elección pórtala pero una vez que elija no había marcha atrás, Bleyk acepto, Gabriel creó un círculo mágico sobre Bleyk y saco la armadura llamada Armor of Divine Judgment con su espada Sword of Divine Judgment

Bleyk salió portando su armadura, y dijo listos vamos por Luzbel, Luzbel se escondió en un castillo destruido el cual tenía tres niveles inferiores que parecías laberintos él se escondía hasta el último piso.